En la suela será donde más diferencias vamos a encontrar entre los distintos tipos de zapatillas de ciclismo MTB. Lo más frecuente es que la superficie de contacto, con tacos o sin ellos, sea de un material que aporte agarre en el pedal o en el terreno, y que cuenten con una entresuela más o menos rígida, según el objetivo prioritario para el que se diseñan las zapatillas. Se utiliza un índice de rigidez numérico para clasificar las zapatillas, con un rango de 2 a 14, según modelos y marcas. La rigidez es mayor, cuanto más alto sea el número del índice.
En el interior, contarán con una plantilla que cubre la suela para tener mayor comodidad y para optimizar el apoyo del pie, desde el punto de vista biomecánico, en los modelos de más calidad. Para los ciclistas más exigentes, con una práctica intensa o que realicen largas sesiones, será importante buscar zapatillas que ofrezcan un buen apoyo del arco plantar, que se consigue con la entresuela o la plantilla preformadas para adaptarse al puente del pie. Es especialmente importante este aspecto para los ciclistas con un puente muy marcado, denominado pie cavo, o, en el extremo opuesto, los que tienen los pies planos. En ambos casos, es definitivo una buena plantilla o, incluso, buscar plantillas especiales que sustituyan a las de serie de las zapatillas.
En la cubierta o empeine de las zapatillas de bici de montaña, lo más frecuente es encontrar pieles sintéticas, combinadas con otros tejidos, que serán más o menos ligeros y transpirables, según la modalidad. En todos los casos, es importante que cuenten con refuerzos en las zonas más expuestas cuando echamos el pie a tierra, como las punteras, y también en el talón, para garantizar la sujeción de las zapatillas en todas las situaciones.
Para el cierre y ajuste de la zapatilla al pie, hay cuatro sistemas que también podemos encontrar combinados en las zapatillas de bici MTB:
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Tiras de Velcro, que son las más utilizadas en los modelos más económicos, con buena sujeción y facilidad de ajuste.
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Cierres de carraca con una correa dentada, que son el siguiente paso, con mayor precisión de ajuste, posible incluso en marcha.
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Cierres micrométricos mediante cable, conocidos popularmente como Boa, aunque ese nombre es el de una marca concreta, que es la referencia indiscutible en este tipo de cierres, pero no la única. Es el sistema que más precisión aporta en el ajuste y que mejor reparte la tensión, sobre todo si la zapatilla cuenta con dos ruedas independientes.
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Cordones, que son económicos, ofrecen comodidad y reparten bien la presión en el empeine, pero el ajuste es laborioso, sobre todo con guantes, y requieren hacerlo siempre en parado. Es aconsejable que cuenten con una tira de velcro o algún otro sistema que oculte los cordones, para evitar que se enreden con la cadena o el plato de la bicicleta.
Y, por último, entre los zapatos de bici de montaña hay zapatillas con o sin anclaje para calas de pedal automático. Lo más frecuente es que ofrezcan estos anclajes, aunque hay zapatillas MTB para plataforma y también hay zapatillas MTB mixtas que los lleven ocultos con una tapa que se puede quitar, si optamos por las calas, o dejar puesta, si usamos pedales de plataforma.
Las distintas opciones y calidades de estos componentes en cada zapatilla dependerán del uso al que están destinadas, y las podemos dividir en estos tipos: Iniciación y urbanas, Spinning, XC, Trail/Enduro y Descenso.