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Tipos de lubricantes para bicicletas

Mantener la bici bien lubricada alarga la vida útil de sus componentes y, sobre todo, hace que funcione perfectamente. Pero hay distintos tipos de lubricante y hay que saber elegir el apropiado para cada componente y para cada situación.

Lubricantes

Podemos clasificar los lubricantes utilizados en las bicis en dos grandes grupos: los que son líquidos, basados en aceites o en ceras, y los que presentan una textura sólida o muy espesa, denominados generalmente grasas, aunque las específicas para carbono, realmente, son pastas, no grasas.

Tanto los aceites como las grasas comparten la misma composición, la única diferencia entre ellos es que la grasa, para cumplir con necesidades distintas de lubricación, es un aceite suspendido en una mezcla con jabón surfactante u otros compuestos, que le confieren esta textura viscosa frente a los aceites que son más líquidos. Pero hay grandes diferencias entre los aceites y las grasas. Sus propiedades son distintas y es importante saber cuándo y dónde se usa cada uno de ellos.

Aceites y ceras

Los lubricantes de aceites y ceras se emplean en la lubricación de partes móviles sometidas a mucha fricción y que requieren un mantenimiento mucho más frecuente, dada su exposición a la intemperie, como por ejemplo los componentes de la transmisión, muy en particular en el caso de la cadena.

Entre los aceites específicos para la lubricación de la cadena podremos hacer una primera división, según las condiciones ambientales para las que son más adecuados: para seco y para húmedo. Los términos de seco y húmedo también se emplean por algunas marcas para definir el estado final del propio lubricante una vez aplicado y no hay que confundir estos conceptos, aunque, normalmente, suelen coincidir en los mismos productos, pero no forzosamente. La principal diferencia está en la textura de ambos, más o menos viscosa, llegando los más fluídos a dejar la cadena casi seca, mientras que los más viscosos siempre mantienen un mayor nivel de humedad. Solo las ceras llegan a secarse completamente, perdiendo su condición de líquido.

Los aceites para seco tienen una textura líquida poco viscosa, lo que facilita su penetración entre los bulones de la cadena. Pero, una vez aplicados, mantienen la cadena más seca, lo que hace que sean menos propensos a que se adhiera el polvo y la suciedad y que se limpien con mayor facilidad. Pero son mucho más vulnerables frente al efecto del agua, tanto bajo la lluvia como montando por terreno muy embarrado, y son menos duraderos en el tiempo.

Los aceites para húmedo, en cambio, gracias a su mayor viscosidad, resisten mucho mejor la humedad y consiguen que, aún con barro y agua, la cadena esté lubricada durante mucho más tiempo. Por el contrario, si utilizamos un aceite para húmedo en nuestra cadena en tiempo seco, nos exponemos a que el polvo y la suciedad se adhieran con mucha mas facilidad. Porque ese es su principal inconveniente, que, por su consistencia, la suciedad se adhiere con facilidad y es bastante más difícil de eliminar de la cadena cuando toca limpiarlo.

Lubricantes para humedo

Los lubricantes basados en ceras son el otro gran bloque en lo que se refiere a la lubricación de la cadena. La principal diferencia entre aceites y ceras es que los lubricantes de cera no contienen derivados de aceites o grasas y llegan a secarse completamente, una vez aplicados. Por esto, es mucho más difícil que se vean afectados por el polvo o la suciedad en general y se limpian muy bien, sin necesidad de desengrasantes. Y algo importante es que son biodegradables.
En cuanto a su duración, es similar a los aceites más ligeros para seco. Eso sí, la cera hay que aplicarla, preferiblemente, el día anterior. Si no ha sido posible, al menos quince o veinte minutos antes de una salida. Porque, cuando se convierte en una película seca, es cuando aporta todas sus propiedades de lubricación y limpieza.

Lubricantes basados en cera

Tanto en el caso de los aceites como en el de las ceras, para lubricar nuestra cadena podemos encontrar algunos que contienen partículas cerámicas, que reducen la fricción y aumentan su duración y resistencia al agua. La principal precaución en este caso, sobre todo en las ceras, es agitar bien el envase antes de aplicarlo, porque las partículas cerámicas tienden a depositarse en el fondo.

Aparte de otros muchos productos de lubricación de gran calidad, en Mammoth contamos en nuestra propia marca con cera cerámica y lubricantes con grafeno de los tres tipos: aceite, cera y grasa. Estos últimos están teniendo una excelente aceptación entre los ciclistas que los usan, por sus extraordinarios resultados tanto de lubricación como de duración.

Aceites y ceras

Grasas y pastas

Las grasas, son aceites mezclados con un componente aglutinante que le dan una textura mucho más viscosa, haciéndola así ideal para dar lubricación a largo plazo y aportar estanqueidad a ciertas partes de nuestras bicis.

Al igual que en los aceites, hay diferentes tipos de grasas, más o menos adecuados para cada uso, y enriquecen sus propiedades añandiendo en su composición:

  • Teflon, que encontramos en la mayoría de las grasas para ciclismo
  • Partículas cerámicas, para usos específicos
  • Grafeno, las más recientes
  • Litio, que se usa muy poco en ciclismo

Las grasas con teflón son las más habituales. Además de cumplir con su función de lubricación, aportan una barrera contra el agua, evitando el óxido y la corrosión. Éste tipo de grasa podemos utilizarlo en infinidad de aplicaciones: direcciones, pedalieres, puntos de contacto de metal con metal como cuadro y tija, roscas portabidones o portabultos en cuadros de acero o aluminio, cazoletas roscadas, las roscas de los pedales a las bielas o puntos de giro de la suspensión.

Las grasas con compuestos cerámicos y las más recientes con grafeno, al igual que ocurre con los aceites, incluyen partículas que aumentan su duración y cubre los mismos usos que las basadas en teflon.

Con estos tres tipos de aditivos, que son los más utilizados, las marcas desarrollan productos específicos para cada parte de la bici y podemos encontrar grasas especiales para:

  • Montaje o antigripaje
  • Pistones de frenos
  • Suspensiones
  • Núcleos
  • Conos y bolas de rodamientos

Las grasas con litio están especialmente indicadas para los rodamientos, por su resistencia a la humedad y a las altas temperaturas, pero, en las bicis, no se usan habitualmente, porque pueden ser agresivas con las juntas y componentes de goma y plásticos, sobre todo las que no son específicas de ciclismo. Si decidís usarlas, elegid las que se especifiquen para bicicleta, pues deberían estar testadas para este uso.

La pasta para carbono, también llamada grasa, aunque no tiene aceites en su composición, merece mención aparte. Es la indicada para este tipo de fibras, porque nunca hay que usar grasas convencionales en contacto con el carbono, salvo que sean específicamente indicadas para ello.

La pasta cuenta con pequeñas partículas de fricción que le dan un tacto terroso y nos aseguran una fijación adecuada con un menor par de apriete en puntos de contacto entre dos componentes, cuando al menos uno de ellos sea de carbono: tija y cuadro, railes y tija, manillares y potencia, etc. En cualquier caso, siempre os recomendamos respetar los pares de apriete indicados por los fabricantes, para lo cuál os animamos a haceros con una llave dinamométrica.

En el pedalier o en puntos de giro, no podemos utilizar la pasta de carbono porque esta cumple una función antigripaje y de fijación pero sería una auténtica lija con piezas en movimiento. En el caso de que el contacto con el carbono se produzca en estos puntos, os aconsejamos, antes de nada, consultar las indicaciones del fabricante, por si recomienda algún producto específico o indica restricciones cuyo incumplimiento pueda dañar el cuadro o perder la garantía. Si no indica nada al respecto, podéis usar grasas específicas que no dañan las fibras de carbono, como la Grasa Bio de Mammoth.

Llaves dinamometricas

Recomendaciones

Es muy aconsejable utilizar siempre productos desarrollados específicamente para su uso en bicicletas, pues han sido testados para no dañar sus componentes.

Debemos aplicar el lubricante correspondiente cada vez que limpiamos los componentes de la bici o cuando muestren síntomas de falta de lubricación y es muy importante saber utilizarlos correctamente, tal como mostramos en este vídeo:

Notaréis importantes diferencias si lleváis cada parte de la bici bien lubricada y con el tipo correcto de lubricante.

En las tiendas Mammoth y en nuestra tienda online mammothbikes.com encontraréis los mejores productos de lubricación y el asesoramiento de nuestros profesionales para acertar siempre en vuestra elección.

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