Blog

Consejos básicos para limpiar tu bicicleta

La limpieza de la bici es primordial para alargar la vida de los componentes y necesaria para la mayoría de las intervenciones mecánicas. Pero también tenemos que hacerlo correctamente y tomar algunas precauciones.

Limpiar tu bicicleta

Los principales enemigos de la bici son la humedad, que elimina los lubricantes y facilita la oxidación, y la suciedad, que actúa como una lija desgastando prematuramente la transmisión y las zapatas y pastillas de freno. Pero ambas se evitan con una limpieza regular de la bici, sobre todo, de la transmisión. Y no es necesario utilizar siempre agua. Cuando no haya barro ni mucha grasa sucia, con un paño y un cepillo puedes dejar la bici limpia y lista para lubricar de nuevo. En este artículo vamos a ver:

  • Cómo limpiar correctamente la bici con o sin agua, según la suciedad acumulada y los medios de los que dispongamos en cada momento.
  • Consejos específicos para la limpieza de las bicis eléctricas.
  • Cómo engrasar y lubricar la bicicleta, después de limpiarla.

Cómo limpiar la bici sin agua

El agua no es perjudicial para la bici, utilizada con las precauciones que luego veremos. Pero tampoco es bueno abusar y no es necesario utilizarla siempre. Para evitar su uso innecesario, o porque queremos hacer una limpieza rápida o, simplemente, porque no disponemos de un lugar o de los medios adecuados para lavar la bici con agua, vamos a empezar viendo cómo limpiar la bici en seco.

Si la bici sólo tiene polvo, lo podemos quitar de todos sus componentes utilizando trapos o cepillos con paciencia tal como os vamos a explicar. Pero, si se trata de barro, nunca frotéis en seco en el cuadro y las partes más sensibles para evitar arañazos y desgastes.

Si hay barro o mucha grasa, es mejor limpiar lo esencial y dejar el resto para cuando podamos utilizar agua.

Vamos a ver cómo limpiar esos componentes esenciales.

Si se trata de una bici con suspensiones, podemos empezar por estas, limpiando las barras y retenes de la horquilla,así como el vástago y retén del amortiguador trasero, si lo tenemos:

  • Si es polvo seco, se limpiará fácilmente con un trapo o un cepillo suave.
  • Si es barro, tendremos que quitarlo en seco igualmente, pero con un poco más de cuidado para no arañar nada. El tratamiento antifricción de las barras hace que el barro no se adhiera de la misma forma que en el cuadro, y se quita con mucha más facilidad, no os preocupéis.

Con un trapo, quedan perfectamente, y, si las barras tienen residuos de grasa o aceite, podemos facilitar la limpieza añadiendo al trapo algún limpiador específico que no sea agresivo para los plásticos y cauchos de los guardapolvos y retenes.

La transmisión es el elemento esencial, como ya advertimos en la introducción, y su limpieza es obligatoria. Aunque no puedas limpiar el resto de la bici, limpia bien la cadena y las roldanas siempre que sea posible. Incluso el barro, lo podemos quitar fácilmente con trapos y cepillos de la transmisión. Cuando hay mucha grasa acumulada, es un poco más difícil de limpiar, pero también hay formas de hacerlo sin usar agua y sin ensuciar.

La cadena es el componente más importante que debemos llevar siempre limpio. La manera más fácil, rápida y eficaz de limpiarla es con un limpiacadenas como el modelo CM5.3 de Park Tool. Solo necesitaremos líquido desengrasante para el depósito y pasar la cadena por su interior, donde los rodillos harán la limpieza.

Limpiar la cadena de la bicicleta

Tanto la cadena, si no disponemos de limpiador específico, como el resto de los componentes de la transmisión, los podremos limpiar también con cepillos o trapos impregnados de desengrasante cuando sea necesario. Para facilitar su uso, os damos algunas recomendaciones:

  • Si usáis cepillos, os aconsejamos proteger el disco o la superficie de frenado, si es freno de zapata, así como el suelo, si lo hacéis en casa. Porque será fácil que salpique.
  • Para limpiar las roldanas, engranad un piñón grande, pues estarán más accesibles.
  • Para limpiar el cassette, hay cepillos específicos que permiten retirar las suciedad entre las coronas con facilidad, antes de aplicar el trapo o cepillo con desengrasante. Si sacamos la rueda de la bici, lo haremos con más comodidad.
  • La limpieza de los platos será mucho más sencilla si sacamos la cadena, simplemente apoyándola en la vaina y dejando los platos libres.
Una vez desengrasados todos los componentes, retiraremos los restos del desengrasante con un trapo limpio. Si lo hacemos bien, quedarán en perfectas condiciones para lubricar de nuevo. Pero hay que asegurarse de que se ha eliminado el desengrasante, porque, si no, diluirá el lubricante y no cumplirá bien su función.

También debemos revisar los frenos, limpiando pinzas, discos y pastillas, o las zapatas y la superficie de frenado, si son frenos a la llanta. Si sospechamos que se hayan podido manchar de sustancias grasas, podemos limparlos con productos específicos, como el limpiador de discos y suspensiones de Mammoth, que se secan sin agua y no dejan residuos.

Podéis ver en imágenes todo el proceso que acabamos de describir en este vídeo:

Cómo lavar la bici correctamente

Afrontamos ahora el lavado de la bici con agua y tenemos que empezar por un consejo básico: nunca uséis mangueras de alta presión, como las de las gasolineras o las hidrolimpiadoras más potentes, ni sumerjáis la bici.

El agua a presión penetra en las zonas con rodamientos internos como bujes, dirección, pedalier y puntos de giro de los basculantes, y acaba disolviendo la grasa y echando a perder los rodamientos, sean sellados o no. También penetra por las botellas de las suspensiones con terribles efectos y en el interior del cuadro. Así que, si es posible y tenemos el sitio adecuado para ello, podemos hacer una limpieza con agua, pero con un cubo o manguera sin presión, para no dañar la bici, y con el menor consumo de agua posible, para no dañar el medio ambiente.

Pero como, a pesar de la advertencia, sabemos que algunos vais a usar las mangueras a presión, por falta de tiempo o de un lugar adecuado para lavarla, os vamos a dar unas recomendaciones para minimizar el riesgo:

  • Intentad no acercar la pistola a menos de un metro de la bici
  • Nunca orientéis el chorro de agua directamente a los ejes, sino enchufándolo de forma perpendicular a los mismos.
  • No dirijáis el chorro directamente a las barras de las suspensiones y los retenes, porque el agua penetrará con toda seguridad.

Y explicado esto, empezamos a lavar la bici, siguiendo los pasos que os vamos a dar a continuación.

1. Desengrasar la transmisión

Si tiene polvo o barro, lo podéis quitar con cepillos o trapos, antes de aplicar el limpiador desengrasante, para que sea más efectivo. Conviene no mojar la bici, porque el desengrasante no actuará con la misma eficacia.

La cadena es la parte más difícil de desengrasar y volvemos a recomendar el uso de un limpiacadenas para su perfecta y fácil limpieza. Si no disponemos de este dispositivo, procederemos con ella como con el resto de los componentes.

Una vez que hemos retirado el barro y el polvo de la transmisión, aplicamos el limpiador desengrasante que, normalmente, se presenta en spray.

¡Atención! No debéis aplicar desengrasante en la zona del pedalier, pues puede penetrar en el interior y eliminar la grasa. En esa parte, bastará con limpiar bien, sin agua o con agua, pero siempre sin presión.

Tras aplicar el desengrasante, preferíblemente específico para bicicletas, dejamos que actué unos minutos, según las instrucciones del fabricante. Tras esa espera, frotamos con los cepillos adecuados sobre toda la transmisión para arrastrar la grasa, con las mismas indicaciones que hemos dado en el apartado de limpieza sin agua.

Recordad especialmente la conveniencia de tapar el disco y la pinza de freno durante la limpieza de la transmisión, pues es muy fácil que les salpique grasa o agua con restos, contaminando las pastillas.

2. Dar un primer remojón a la bici

Necesario para quitar el barro, ablandar la suciedad y arrastar los restos del desengrasado. Podéis hacerlo con una manguera o un cepillo y un cubo de agua, pero nunca frotéis el barro directamente sobre el cuadro, pues lo podéis dañar. Intentad arrastrarlo con el agua.

3. Aplicar limpiador a toda la bici

Debe ser preferíblemente específico, y proceder según el estado de la bici:

  • Si la suciedad no es profunda, bastará con dejar actuar el limpiador unos minutos y aclarar después con agua.
  • Si está muy sucia o con manchas difíciles, como las del barro arcilloso, por ejemplo, tendremos que frotar con los cepillos adecuados para cada parte de la misma, para quitar toda la suciedad.
  • Si no disponéis de cepillos, podéis utilizar esponjas. En cualquier caso, intentad no tocar los discos y pastillas con el mismo cepillo o esponja que uséis para la transmisión, pues puede contener restos de grasa.
  • Si no tenéis un limpiador especial para bicicletas, podéis usar agua y un jabón neutro, evitando, en este caso, su uso en los discos, pues muchos lavajillas y jabones, tienen grasa en su composición y pueden quedar restos de la misma.
Aplicar limpiador a toda la bici

Aunque no son imprescindibles, la limpieza se simplifica bastante usando los cepillos especiales diseñados para cada parte de la bici. Os recomendamos especialmente, por su excelente relación calidad-precio, el Kit de cepillos Mammoth que incluye un cubo plegable que nos permitirá lavar la bici en cualquier sitio y optimizar el uso del agua, ocupando muy poco espacio, una vez plegado.

4. Aclarar

Para quitar todos los restos de limpiador o jabón. Podemos hacerlo con una manguera o un cubo de agua y un cepillo, pero siempre usando la menor cantidad de agua posible, pues es un bien escaso.

5. Secar todos los componentes

Para eliminar una parte importante del agua podemos hacer botar la bici sobre el suelo, con las dos ruedas o levantándola con el freno trasero apretado y hacerlo con la trasera. Para que quede perfecta, podéis secarla con una gamuza o trapo viejo, evitando las marcas de las gotas. Si queréis, podéis aplicar productos para mantener la bici protegida y brillante, que ayudarán a mantener la bici como nueva. Si no tenéis tiempo de secarla a conciencia, al menos hay que secar muy bien la cadena y el resto de la transmisión, para evitar un posible óxido y para poder lubricar, pues no podemos hacerlo si la transmisión no está seca. Antes de proceder a este último paso de la lubricación, podéis ver cómo limpiamos la bici con agua en este otro vídeo:

Cómo limpiar una bici eléctrica

Las bicis de asistencia eléctrica tienen componentes que nos obligan a tener algunas precauciones añadidas en su limpieza.

  • Apagad la bici para limpiarla. También para hacer cualquier operación de mantenimiento en la que no sea imprescindible tenerla conectada.
  • Nunca uséis agua a presión, siendo aún más importante que en las bicis convencionales.
  • Dejad puesta la batería, ya que, aparte de tener protección IP en la zona de la conexiones, tiene las juntas selladas que soportan el agua de la lluvia o del lavado. Así podremos limpiar todo el exterior bien.
  • Quitad la batería y limpiad la zona interior de su alojamiento si fuera neceario, solo cuando la bici esté ya limpia y seca.
  • Nunca uséis elementos mojados para limpiar los conectores. Lo podemos hacer con un cepillo seco y soplando para quitar posible suciedad. O utilizando un limpiador de conectores como el limpiador E-bike de Finish Line, que no conducen la electricidad y se evaporan rápidamente. Antes de conectar de nuevo, aseguraos de que ningún elemento esta húmedo o mojado.
  • Limpiad el compartimento del motor períodicamente, del mismo modo que el hueco de la batería. Se acumula mucha suciedad.
  • Limpiad el sensor de velocidad. En ocasiones se puede acumular barro y suciedad e impedir una comunicación correcta con la bici, que haría que no actuase la asistencia al pedaleo.

Podéis ver cómo hacerlo correctamente con todo detalle en este vídeo:

Engrasar y lubricar la bicicleta

Para terminar, debemos engrasar y lubricar la bici cada vez que limpiamos sus componentes o cuando muestren síntomas de falta de lubricación. Pero es muy importante hacerlo correctamente y usar los productos adecuados. La cadena y el resto de la transmisión, los pedales, los mandos y las suspensiones utilizan aceites o lubricantes con bases de cera. En los ejes, rodamientos y puntos de contacto entre materiales, se utilizan grasas o pasta de carbono.

Para saber con certeza los tipos de lubricante y cómo usarlos en toda la bici, lo explicamos en este vídeo:

En las tiendas Mammoth y en nuestra tienda online mammothbikes.com encontraréis todos los productos para limpiar y lubricar vuestras bicis y, por supuesto, os resolveremos cualquier duda que tengáis para hacerlo.

Más información en otros artículos y vídeos relacionados:

Deja tu comentario

Sé el primero en comentar este artículo.