El motor eléctrico es el componente más importante. Las bicicletas eléctricas más baratas usan motores más económicos, pero más pesados y ruidosos. Los brushless, más modernos, ligeros y silenciosos, son los que equipan a las mejores bicicletas eléctricas. Destacan los motores Bosch, Shimano, Broser y Yamaha, aunque hay otros de calidad.
Las Pedelec suelen llevar el motor de 250W de potencia nominal, pues está limitada por normativa. La fuerza máxima o par motor oscila entre 50 Nm y 90 Nm (Newtons/metro). Un par alto ofrece más reacción y agilidad de la bici, pero consume más batería, por lo que hay que buscar un equilibrio. Las eBikes MTB tienen los torques más altos, porque tienen que afrontar mayores desniveles y continuos cambios de ritmo.
El motor central es el más extendido. Es más estable, al centrar su peso, y las sensaciones de conducción son más parecidas a las de una bici convencional. Es imprescindible en las eléctricas de MTB y recomendable en las de carretera y Gravel. Los motores en los bujes delantero y trasero no interfieren en la transmisión y facilitan diseños y estéticas similares a los de las bicis convencionales. Se utilizan en las bicis urbanas y plegables y en alguna de carretera.
La capacidad de la batería es tan importante como el motor. Se mide en Vatios/hora (Wh) y suele variar entre 300 y 700 Wh. Las bicis de mayor calidad llevan la batería integrada en el diseño del cuadro y ofrecen la posibilidad de baterías adicionales o extender, para aumentar la autonomía, superando con holgura los 1.000 Wh, en algunos casos.
Tenéis información más detallada y extensa sobre estos componentes en este artículo en el que explicamos Cómo elegir una bici eléctrica.